Samuel y Alfredo son dos artesanos, que con junto a Tito, el Cestero, los conozco desde hace muchos años, de haber coincidido con ellos en ferias de artesanía.
Al igual que con Tito , tenía ganas de realizarles un pequeño reportaje fotográfico.
Hay algo en ellos que me llama mucho la atención, me transmiten através de su arte, el amor hacia lo que hacen, son ARTESANOS, con mayúsculas.
Además, lo que hacen tiene una importancia vital para enseñarnos unos oficios, que en gran media se pueden perder.
Ellos convierten en arte, lo que normalmente, han sido oficios, modos de vida… que en otros tiempos formaban parte del quehacer diario.
Samuel.
Bueno, lo de Samuel es algo mas lúdico, cuando le ves por las ferias casi siempre le ves rodeado de niños, y es que entre otras cosas, ha recuperado juguetes hechos en madera, algunos de ellos serán como los que jugó cuando el era pequeño, y en otros habrá aportado su creatividad.
En esta ocasión, tuvo la amabilidad de enseñarnos como tallaba una bola del bolo Celta, partiendo de la corta de un trozo de manzano semi verde. Lo extraordinario es como a ojo y con ayuda de una macheta, logra ir descubriendo una esfera prácticamente perfecta.
Alfredo.
Alfredo, normalmente, hace demostraciones de lo que es un Ferreiro.
Pero la casualidad, hizo que en esta visita a su casa no tuviese montados los utensilios para la demostración.
Pero, nos tenía una sorpresa, y fue el oficio del hojalatero. Que practicaba su padre como modo de vida.
Algo desconocido para mi. Partiendo de latas de aceite, las va cortando y moldeando, para conseguir diferentes utensilios…bandejas, lámparas de aceite…
De nuevo si algo caracteriza a estas personas, es, no solo su buen hacer artesano, si no lo buena gente que son.
Mientras trabajan te van contando cosas de la vida, de su infancia y de cómo salieron adelante… me siento privilegiado de conocerles, entender y aprender de sus vidas.
